miércoles, 30 de diciembre de 2009

En el metro - Led Zeppelin

Era domingo en la gran ciudad, a media mañana, en un vagón de metro que iba hacia el centro. Había pocos viajeros, incluso había bastantes asientos vacíos. El tren aún estaba en los barrios de la periferia: en cada estación entraba más gente de la que salía, de forma que cuando llegaran a las estaciones centrales los vagones parecerían latas de sardinas. La mayoría de los pasajeros iba en grupos de entre dos y cuatro personas, que conversaban animadamente. Los que viajaban sin compañía lucían en las orejas los auriculares de sus reproductores de música o sus teléfonos móviles.

El viaje transcurría con tranquilidad hasta que en una curva las ruedas del tren chirriaron con fuerza por la fricción con la vía exterior. Para poder entenderse, los viajeros que estaban conversando tuvieron que hablar más alto; para que su madre supiera que aún estaba incómodo, un bebé que sollozaba comenzó a dar berridos; para poder seguir escuchando sus temas preferidos, los solitarios subieron el volumen de la música.

Uno de estos últimos, que llevaba unos auriculares enormes que le cubrían las orejas, conectados por encima de su melena, que no hubiera sido bien vista en los años cincuenta -ni siquiera a finales de los sesenta-, se puso en pie y, alzando los brazos para llamar la atención, voceó:


lunes, 28 de diciembre de 2009

Se acabó

[Este post fue una inocentada a los lectores el 28 de diciembre]

En este período tan especial, nos llena de vergüenza y pesar anunciar que se terminan las aventuras de El Caballero que dice Ni!

Han sido varios meses de ilusión y esfuerzo aperiódicos, pero lamentablemente no encontramos la utilidad de este proyecto, y nos vemos obligados a abandonarlo y buscar otros más lucrativos -monetaria y espiritualmente-.

Agradeciendo el seguimiento constante de algunos lectores, cerramos la publicación con un retrato del creador de nuestra publicación, que realizó el artista becario cuando celebramos los seis meses de vida:




Suerte y feliz año 2010.  

martes, 15 de diciembre de 2009

Jiménez-Giménez en la carretera

El guardia de tráfico vio a un hombre en la carretera caminando hacia él. Parecía, a judgar por la suciedad de sus zapatos y las marcas de sudor de su camisa, que había andado un buen tramo mientras los conductores que pasaban a su lado tocaban el claxon y le gritaban piropos desde sus vehículos -excepto los camioneros, que le saludaban con la frase 'La lluvia en Sevilla es una maravilla' mostrando una dicción perfecta mientras se quitaban la gorra e inclinaban la cabeza brevemente- pero en cambio hacían caso omiso de sus peticiones para que lo llevaran unos kilómetros o le echasen una mano.

Cuando Jiménez-Giménez, que era el autoestopista forzoso, estuvo suficientemente cerca para mantener una conversación, el agente le preguntó si necesitaba ayuda, a lo que respondió:

jueves, 10 de diciembre de 2009

Perdonen las disculpas

Ante el retraso en la creación de nuevas entradas debo pedir perdón a los lectores que pacientemente continúan visitando este humilde blog con la esperanza de que haya escrito algo nuevo.

Sólo puedo decir que espero retomar el ritmo habitual -dos entradas por semana- en los próximos días y que generalmente la creación de artículos nuevos es comunicada en facebook a los fans de El Caballero que dice Ni, para vuestra comodidad -y mi garantía de que habrá al menos un par de visitas el día de la novedad, claro-.

De nuevo pido disculpas a los lectores habituales.