jueves, 29 de octubre de 2009

Jiménez-Giménez

Se encontró con la periodista local en un pequeño café de la ciudad y se sentaron a una pequeña mesa redonda mientras completaban las presentaciones y comentaban trivialidades para calentar la voz. Ella no utilizaba grabadora, como era de esperar en los tiempos que corren, sino que lo apuntaba todo en su libreta. Comenzó preguntándole su nombre y apellidos completos.

 - Jacinto Jiménez-Giménez Lanjarón -respondió él, añadiendo-: Jiménez-Giménez se escribe con guión en medio, el primero con jota y el segundo con ge.

Como era habitual que hubiera errores al escribir su apellido, además de dar indicaciones detalladas solía comprobar que lo transcribían bien, así que echó un vistazo a la libreta, en la que podía leerse:

NyAp: IBIZA ES UNA ISLA

 - Perdone, pero se ha equivocado -se aventuró a corregirla-.

 - Ah, sí, el guión -y añadió el guión de forma que en el papel aparecía ahora IBIZA ES-UNA ISLA-.

- Sí, eso es, gracias.

 - Disculpe, me había distraído porque soy hermafrodita y claro, en ocasiones sin querer me fecundo a mí misma y pierdo la concentración.

 - Nada, no se preocupe, todos tenemos nuestras particularidades. A mí, sin ir más lejos, se me terminan las historias cuando otra persona dice ochentaytrés.

 - ¿Ochentaytrés

lunes, 26 de octubre de 2009

Autobiografía II

Continuamos relatando la infancia de El Caballero que dice Ni, en un intento de explicar la psique de este individuo para satisfacer la curiosidad de algunos lectores:

Durante su infancia, el Caballero -cuando no tenía tal rango, ni tan siquiera el de El Escudero que dice Ni- fue educado con gran severidad para que llegara a ser la parodia de ser humano que todos conocemos. La base de tal educación era un sistema de castigo/premio, palo/zanahoria... -llámese como quiera- que se podría resumir de la siguiente forma:
  • Mostrar sentimientos: Golpe de Remo*.
  • Decir algo que no fuera una chorrada/chiste/gracia: Golpe de Remo.
  • Haberse portado bien durante todo el día: No-Golpe de Remo.
El objetivo final que perseguían sus tutores es que se educara con excelencia y finalmente fuera a la universidad a estudiar una diplomatura que por aquel entonces contaba con pocos profesionales titulados: bufonismo. Pero lo que no sabían sus educadores es que hubo un cambio en los planes de estudios de las universidades del país -allá por el siglo XVI- por el que se retiró esta titulación: éste era el principal motivo por el que había tan pocos bufones titulados a finales del siglo XX. Al no poder estudiar aquello para lo que se había preparado durante toda su infancia y adolescencia, El Caballero eligió otra titulación, aparentemente al azar -especialmente analizando los resultados que obtuvo-: aquello debió hacerle mucha gracia a Destino, porque aún hoy se ríe a mandíbula batiente cuando se acuerda del tema.




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*Golpe de Remo: la mayoría de los lectores habrán reconocido la referencia, pero en caso negativo les remitimos a este vídeo explicativo

jueves, 22 de octubre de 2009

Lecciones de economía (II)

Ha pasado mucho tiempo desde que publicamos la primera lección de economía, pero siendo conscientes de que la situación no ha mejorado, hoy publicamos la segunda entrega: cómo conservar nuestros ahorros como el primer día.

-El consejo, tras la pausa-

martes, 20 de octubre de 2009

Artista becario II

Buenas noches,
mientras completo el relato acerca de mi vida como abedul en un mundo hostil, les dejo unas líneas que he escrito. A mano, y luego las he pasado al ordenador. Sí, no es que las haya encontrado en el ordenador que he heredado del Artista multidisciplinar en las oficinas de esta publicación. Nada de eso. Si se enteraran los jefes me echarían, ¿verdad? Además ya sé que no estaban de acuerdo con el material que publicaba el tío ese últimamente, así que sería una maniobra demasiado arriesgada en cualquier caso... sólo haría algo así si no tuviera material para publicar...

Despierto con los rayos del sol que entran a través de la cortina,
en mi propia cama, que se ve distinta
porque aún encuentro entre las sábanas tu cuerpo tibio:
tus párpados aún cerrados,
tus labios aún sonríen.

Mi mano aún descansa sobre tu piel,
y con una lenta caricia, intentando evitar que despiertes todavía,
la separo de ti,
de tu calidez.

Sonríes mientras abres los ojos
lentamente, tan despacio
que parece que no quisieras encontrar nunca el nuevo día.
Te encoges para estirarte
y alargando tu mano hasta mí, te acercas a mi cara
y no puedo evitar besarte.

Me dices que tengo cara de idiota
y no puedo decirte la verdad:
apenas te conozco,
así que no puedo decirte que es porque ahora sé...

Que antes de encontrarte te echaba de menos.

sábado, 17 de octubre de 2009

Especial Halloween: El profesor universitario

El profesor estaba en su despacho consultando en su ordenador si debía comprarse un Mercedes o un BMW cuando alguien llamó a la puerta. Resultó ser un alumno, y teniendo en cuenta que habían publicado los resultados de los exámenes un par de días atrás y aún no habían empezado las clases del siguiente semestre se imaginó -y acertó- rápidamente de qué se trataba. Le dejó hablar:

 - Verá profesor, he estado preparando el examen de su asignatura con un compañero mío que también es la última que le queda para acabar durante todo este semestre, y cuando salimos del examen comparamos resultados y no nos pareció raro que coincidiéramos en los resultados. Suponíamos que tendríamos la misma nota. Y ayer al ver la nota dice que yo tengo un 3.2 y él 5.0, y no lo entiendo. No sé si me lo puede explicar o...

 - Ah, sí, ya recuerdo vuestro caso -sonrió por fuera y se rió por dentro-. Mira, el caso es que al corregir los exámenes vimos que había dos que eran prácticamente iguales, y como dices los resultados eran idénticos. Yo os hubiera suspendido a los dos por copiar con un bonito cero y sin poder presentaros a más convocatorias durante este curso, pero mi compañero, que tiene la manía de conoceros, me dijo que durante el examen estabais separados así que no parecía que fuera eso. Y como lo hicisteis mal parece que, o no utilizasteis chuletas ni nada de eso, o no sabéis usarlas. El caso es que teníamos a dos alumnos con un 3.2.

 - Sí, pero, ¿entonces...?

 - Claro, él tiene un 5.0 en la lista y tú un 3.2. Te lo explico: ¿imagino que conoces lo que se dice de los cupos mínimos de aprobados y que levantamos la nota para cumplirlos si suspende demasiada gente?

 - Algo he oído, sí. ¿Es verdad?

 - Pues sí. Y en este caso nos faltaba un alumno para cumplirlo. Sólo uno. Así que lanzamos una moneda al aire y salió cara...

-continúa tras la pausa-

martes, 13 de octubre de 2009

Viaje a Nueva York - 1.2

Al parecer mi compañero de asiento no es humano sino una marmota. Es la única explicación que encuentro a que fuera capaz de dormir unas seis horas durante el vuelo a Philadelphia. Cuando le despertó el aviso de que iba a comenzar el descenso -habían transcurrido algo más de siete horas- comprobó que tenía el cinturón abrochado, cambió su postura y, estirando la ligera manta azul del avión hasta cubrir sus hombros, cerró los ojos de nuevo. Al parecer no fue buena idea, porque a mitad de la bajada se despertó con una palidez que sugería que la idea que tenía del Sol la podría guardar en el mismo cajón que la del Ratoncito Pérez y Papá Noel. Fuera lo que fuera lo que le pasaba, cada vez era peor y mayor, así que decidió reciclar la funda de plástico que había contenido la almohada y la manta del avión como posible futura bolsa de... emergencia. Gracias a esto disfruté de unas interesantes vistas porque viendo que no mejoraba, mi enfermo vecino decidió cambiarme el asiento de modo que él estuviera junto al pasillo y yo pudiera pegar la nariz a la ventana durante el resto del descenso. Moraleja: los cambios de presión que se producen al variar la altitud es mejor sufrirlos despiertos.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Receta: Hambúrdigas a lo pobre



Ingredientes para personas:
  • Carne picada -o carne para picar, o un zapato para picar, pero esto último suele dar un regusto raro-
  • Cebolla
  • Pimiento verde y rojo -y amarillo si hace falta: que no falte de ná-
  • Ajo
  • Laurel
  • Vino blanco -si es uno que se pueda beber fresquito mientras se está cocinando sin que produzca efectos secundarios, mejor-
  • Pimienta -negra o blanca: sin racismos-
  • Sal, aceite, harina, etc.
  • Música -los platos quedan mucho más ricos si se hacen con música en la cocina-

Ingredientes para vacas:

Alfalfa

Preparación:

Salpimentar la carne y hacer con ella unas hambúrdigas*: el proceso consiste en hacer bolas muy compactas de carme -que tengan un tamaño entre el de las de golf y las de tenis- y aplastarlas un poco, de forma que no se sepa si son filetes o albóndigas; que queden gorditas para que estén crujientes por fuera y jugosas por dentro. Pasarlas por harina hasta que se cubran del todo y luego por la sartén con el aceite bien caliente para que se sellen por fuera hasta que haga costra la harina y reservarlas -para los novatos: reservar no quiere decir que les pongáis etiquetas con los nombres de los comensales, sino dejarlas en una fuente o algún cacharro por ahí a mano, que las usaremos dentro de un rato-.

Después de repetir el proceso hasta que se acabe la carne el aceite estará así como sucio y con grumitos de la harina, que es justo lo que queríamos: en esa misma sartén y sin quitar ni añadir nada vamos a darle unas vueltas y dejar que pochen:
  •  los dientes de ajo –enteros o casi, para que la gente que no quiera comérselos pueda retirarlos fácilmente-,
  •  la cebolla -cortado en tiras o en redondos o como se prefiera-
  •  los pimientos -lo mismo que la cebolla: al libre albedrío-
  •  el laurel

Cuando todo haya cogido colorcillo de que está pochado añadir un poco del vinito ese tan rico -si es que llegados a este punto no os habéis acabado la botella- y dejar que evapore un poco.

Añadir las hambúrdigas intentando sumergirlas en lo que quede del vino y las verduras: que queden cubiertas por los productos de la tierra.

Esperar un tiempo indefinido hasta que se esté seguro de que la carne está hecha.

Servir, comer, disfrutar y por último agradecer al creador de la receta con un suculento cheque.

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*El término hambúrdiga no se utiliza en todo el país: en algunas zonas se emplea albonguesas o, simplemente, cachocarne

lunes, 5 de octubre de 2009

Artista becario I

Nota de la redacción: Sustituyendo a "Artista multidisciplinar" les presentamos la nueva sección sobre arte y otras formas de vida contemplativas.

Buenos días/buenas tardes/buenas noches:

Como esta es mi primera semana en tan prestigiosa publicación, creo adecuado dedicarla a presentarme, pues estoy convencido de que la inmensa mayoría de los lectores no sabrán de mi existencia. Antes de entrar en materia quisiera aclarar un par de puntos para que ustedes los lectores sepan lo que pueden esperar de esta sección -remodelada y rebautizada- en futuros artículos:
  1. Mis principales áreas de interés son de materia plástica -dibujo, pintura y escultura-.
  2. Soy un abedul, como demuestro en el autorretrato con el que acompaño a este texto



jueves, 1 de octubre de 2009

Viaje a Nueva York - 1.1

8 horas de viaje hasta Philadelphia, volando sobre el océano. La aerolínea es norteamericana, así que las azafatas son estadounidenses y a la mayoría sólo se las oye hablar en inglés, excepto a una de origen latinoamericano que habla español con acento caribeño. Sus compañeros, por otra parte, son suficientente estirados como para que no se les oiga hablar por falta de requerimiento de los pasajeros.

Hacia la mitad del vuelo aparecen la monotonía, la imposibilidad de dormir pegado al pasillo y la previsión de estar otras tantas horas en las mismas condiciones: mis nervios comienzan a verse afectados y llega la impaciencia. Así que inconscientemente practico un baile de cinco pasos, complejo técnicamente pero tan lento que pasan unos minutos entre cada movimiento. Consiste en desesperarse, ponerse en pie, estirarse, resignarse y sentarse. Repetir hasta el agotamiento.

Volamos por encima de las nubes hasta que anuncian que comienza el descenso, la temperatura que encontraremos en el destino, que debemos tener cumplimentados los documentos de aduanas e inmigración, etc. Poco después nos sumergimos en el vapor de agua y las ventanillas muestran todos los colores imaginables entre el blanco y el gris claro. Cuando comienza a dolernos el cuello mirando las nubes, se deshacen ante nosotros y comienzan a mostrar el nuevo continente.

La costa se queda atrás mientras nos acercamos al suelo y podemos comenzar a distinguir colores y texturas en el terreno. Parece que allí donde no hay árboles es porque hubieran sido expulsados para utilizar el suelo en granjas. Granjas multicultivo separadas entre sí: una casa y un establo rodeados de varios rectángulos de colores, normalmente distintas tonalidades de verde y marrón. Poco a poco los terrenos se hacen más pequeños y los edificios se aproximan hasta que, de repente, aparece un pueblo bajo nosotros. Apenas cuatro calles sobre las que convergen las carreteras y los caminos que llegan desde las granjas, y en las que parecen concentrarse los comercios y los edificios públicos. No puedo evitar esbozar una sonrisa recordando en cuántas películas y series aparecen este tipo de pueblos, y comprendiendo que sí, que hemos llegado a los Estados Unidos.