martes, 17 de noviembre de 2009

Artista becario IV: brit-pop fusión

Como ya expliqué en mi primer post en esta prestigiosa publicación, yo soy -entre otras cosas- un artista plástico, por lo que, cuando se me termina el presupuesto y mis conocidos dejan de invitarme a comer y beber -especialmente esto último- me dedico a crear imágenes, esculturas, etc. para ganarme la vida.

Hoy les presento una litografía que realicé dentro de una serie en la que desarrollo el siguiente tema:

 - ¿Qué pasaría si hubieran colaborado músicos de diferentes estilos y/o épocas?

En este caso se trata de una fusión entre el cuarteto de Liverpool más conocido de todos los tiempos y el grupo con el que todos conocimos a Damon Albarn.

El resultado podría ser un single cuya edición en vinilo podría tener el aspecto que mostramos tras la pausa

domingo, 15 de noviembre de 2009

Gallo fuuu

Gallo fuuu, la cuchara que sopla
Gallo fuuu, enfría mi sopa

Qué bonito pareado, ¿no? Pues a mí me dan ganas de vomitar. Y no es porque me guste menos la sopa que a Mafalda.

Para los que no conozcan de qué estamos hablando -o, siendo más precisos, escribiendo- diremos que se trata de una cuchara que regala una conocida empresa de pasta, fideos, etc. comprando sus productos para sopas. Este regalo promocional, para el que han creado una web además de la campaña publicitaria en televisión, consiste básicamente en una cuchara de plástico que "sopla" al líquido atrapado en su cavidad al apretar un botón.

Fantástico. ¿Es esto lo que queremos para nuestros hijos? Los redactores de esta publicación, desde luego, no.  Estamos hablando de un producto para evitar que los niños tengan que soplar a su cuchara. Qué gran esfuerzo. Los niños deberían estar contentos por tener algo que echar a la sopa. En mis tiempos, si teníamos suerte, echábamos las mondas de las patatas. Y no teníamos platos para todos, mucho menos cucharas. Así que solíamos calentar el agua directamente haciendo pocillo con las manos, sobre el fuego.

Y ahora les evitamos a los niños el esfuerzo de soplar la sopa para no quemarse. ¿Qué será lo próximo? ¿Un tenedor que enrolle los espaguetis? Es lamentable el mensaje que les estamos dando a nuestros hijos.

Pero el mayor problema es, en realidad, que esas malditas frases de la canción del anuncio, cantada por niños, se meten en el cerebro esperando el momento menos esperado para reaparecer.

Gallo fuuu, enfría mi sopa
Gallo fuuu, la cuchara que sopla


Arg.

jueves, 12 de noviembre de 2009

El deporte

El deporte es una cosa muy bonita de practicar pero bastante peculiar.

Al contrario que con otras actividades placenteras que producen cansancio, una buena parte de la población prefiere ver cómo otros realizan deporte en lugar de realizarlo ellos mismos. Este hecho ha llevado a la construcción de grandes estadios para albergar a los  aficionados, que llegan a pagar cantidades importantes de dinero para asistir a los eventos más relevantes. En otros pasatiempos lo habitual es pagar por realizarlos, no por verlos. Y para satisfacer a los que se decantan por la opción de seguirlo a través de televisión -por unos u otros motivos- se firman grandes contratos para conseguir los derechos de retransmisión que las cadenas pagan gustosamente puesto que saben obtendrán pingües beneficios por los sistemas de pago por visión y lo que les reportará la publicidad. -Pingüe, pingüe, pingüe... bonita palabra.-

El deporte es una cosa muy sana.

Eso dicen los médicos. No creo que sea tan bueno como nos intentan hacer creer, porque nunca les veo haciendo abdominales en la consulta. Y yo nunca me he lesionado viendo la tele, ni he estado a punto de morir porque el corazón bombease demasiado rápido mientras me tomo unas cervezas. Hay muchas otras ocupaciones que producen estrés muscular y aceleran el ritmo cardiaco, pero los médicos nunca las recomiendan. Esas otras actividades, además, podrían considerarse una inversión a largo plazo para el sistema de Seguridad Social, pero los médicos sólo recomiendan hacer deporte. De todo esto sólo hay una explicación posible: hay un acuerdo entre las principales asociaciones médicas y grandes empresas de productos deportivos por el que las primeras se llevan una propina en época de pagas extraordinarias. Seguro. Así que no creáis todo lo que os dicen los médicos.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Envíen morfina

Perdonen las disculpas por el retraso en la segunda entrada de esta semana, pero hay una razón de peso:

 - todos nuestros redactores están de baja por enfermedad.

Para calmar su dolor, pedimos a los lectores que envíen toda la morfina de la que dispongan, ya que el dolor es insoportable -no saben aguantar el dolor, pero ese es otro tema-. Pueden realizar los envíos por servicio de mensajería, correo ordinario, teléfono, fax o sms a las direcciones indicadas en la pantalla.

Todas las lectoras que colaboren con los agónicos escritores y envíen un par de fotografías para la selección previa participarán en el sorteo de una cena con uno de nuestros jefes de redacción a su elección en un restaurante del grupo VIPS de domingo a jueves -hay que aprovechar la promoción del 40% de descuento-. En momentos como éste recuerdo las enseñanzas de mi maestro de yoga:

 - ¡Vamos señora, que me lo quitan de las manos!

Gracias por su participación.

martes, 3 de noviembre de 2009

Artista becario III

La fecha de entrega.

No voy a poder cumplirla, una semana más me voy a salir del plazo.

Y el otro día conseguí un texto justo a tiempo para entrar en el plazo del ultimátum que me dio el jefe: si no hubiera entregado ese día me habrían echado. Más me vale que no sepan cómo lo obtuve. Como no tenga nada esta semana me veo con las raíces en la calle. Ahora que llega el otoño de verdad, no suena demasiado bien. Pero soy incapaz de escribir nada. Seguro que el artista que escribía antes esta columna no tenía estos problemas. Me han dicho que era un genio, de lo mejor que publicaban en estas páginas. Y ahora he llegado yo para poner la cara y que me abofeteen la corteza, porque eso es lo que va a pasar. No debería haber aceptado el puesto, se va a descubrir que soy un fraude. No soy capaz de escribir nada suficientemente bueno. No voy a ser capaz. Ni de eso, ni de nada. No soy capaz de escribir cuatro palabras coherentes seguidas. Y sin que sean coherentes no llego a una docena. Ni siquiera podría llenar un cartón de huevos con palabras. Seguro que alguien diría que eso es lo que falta: huevos. Bueno, pues los abedules no usamos de eso, ni comemos de eso, ni tenemos de eso. Lo siento, pero es lo que hay. Somos más de fotosíntesis y semillas y frutos y esquejes. Y si no les parece bien, que se jodan. Pero claro, tenían que cumplir el cupo de minorías para quedar bien delante de los accionistas y los anunciantes, ¿verdad? Pues que se jodan. Malditos fariseos. No pienso mover una rama de aquí, si eso es lo que quieren. No les voy a dar esa satisfacción. Sé que están esperando que me derrumbe por la presión de las fechas de entrega y de la calidad y de la respuesta de los lectores y de la falta de luz natural y de tener que trabajar con un PC y no con un Mac en esta mierda de oficina. Pues que se jodan, porque pienso quedarme y cumplir con sus malditos plazos y voy a escribir los mejores artículos que han leído en su puta vida. Y cuando termine este contrato de mierda me largaré a la competencia con un sueldo que la mayoría de los pringados de aquí no van a ver en su vida. Eso es.

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Pero no se me ocurre nada. Mierda.