miércoles, 30 de diciembre de 2009

En el metro - Led Zeppelin

Era domingo en la gran ciudad, a media mañana, en un vagón de metro que iba hacia el centro. Había pocos viajeros, incluso había bastantes asientos vacíos. El tren aún estaba en los barrios de la periferia: en cada estación entraba más gente de la que salía, de forma que cuando llegaran a las estaciones centrales los vagones parecerían latas de sardinas. La mayoría de los pasajeros iba en grupos de entre dos y cuatro personas, que conversaban animadamente. Los que viajaban sin compañía lucían en las orejas los auriculares de sus reproductores de música o sus teléfonos móviles.

El viaje transcurría con tranquilidad hasta que en una curva las ruedas del tren chirriaron con fuerza por la fricción con la vía exterior. Para poder entenderse, los viajeros que estaban conversando tuvieron que hablar más alto; para que su madre supiera que aún estaba incómodo, un bebé que sollozaba comenzó a dar berridos; para poder seguir escuchando sus temas preferidos, los solitarios subieron el volumen de la música.

Uno de estos últimos, que llevaba unos auriculares enormes que le cubrían las orejas, conectados por encima de su melena, que no hubiera sido bien vista en los años cincuenta -ni siquiera a finales de los sesenta-, se puso en pie y, alzando los brazos para llamar la atención, voceó:


lunes, 28 de diciembre de 2009

Se acabó

[Este post fue una inocentada a los lectores el 28 de diciembre]

En este período tan especial, nos llena de vergüenza y pesar anunciar que se terminan las aventuras de El Caballero que dice Ni!

Han sido varios meses de ilusión y esfuerzo aperiódicos, pero lamentablemente no encontramos la utilidad de este proyecto, y nos vemos obligados a abandonarlo y buscar otros más lucrativos -monetaria y espiritualmente-.

Agradeciendo el seguimiento constante de algunos lectores, cerramos la publicación con un retrato del creador de nuestra publicación, que realizó el artista becario cuando celebramos los seis meses de vida:




Suerte y feliz año 2010.  

martes, 15 de diciembre de 2009

Jiménez-Giménez en la carretera

El guardia de tráfico vio a un hombre en la carretera caminando hacia él. Parecía, a judgar por la suciedad de sus zapatos y las marcas de sudor de su camisa, que había andado un buen tramo mientras los conductores que pasaban a su lado tocaban el claxon y le gritaban piropos desde sus vehículos -excepto los camioneros, que le saludaban con la frase 'La lluvia en Sevilla es una maravilla' mostrando una dicción perfecta mientras se quitaban la gorra e inclinaban la cabeza brevemente- pero en cambio hacían caso omiso de sus peticiones para que lo llevaran unos kilómetros o le echasen una mano.

Cuando Jiménez-Giménez, que era el autoestopista forzoso, estuvo suficientemente cerca para mantener una conversación, el agente le preguntó si necesitaba ayuda, a lo que respondió:

jueves, 10 de diciembre de 2009

Perdonen las disculpas

Ante el retraso en la creación de nuevas entradas debo pedir perdón a los lectores que pacientemente continúan visitando este humilde blog con la esperanza de que haya escrito algo nuevo.

Sólo puedo decir que espero retomar el ritmo habitual -dos entradas por semana- en los próximos días y que generalmente la creación de artículos nuevos es comunicada en facebook a los fans de El Caballero que dice Ni, para vuestra comodidad -y mi garantía de que habrá al menos un par de visitas el día de la novedad, claro-.

De nuevo pido disculpas a los lectores habituales.



martes, 17 de noviembre de 2009

Artista becario IV: brit-pop fusión

Como ya expliqué en mi primer post en esta prestigiosa publicación, yo soy -entre otras cosas- un artista plástico, por lo que, cuando se me termina el presupuesto y mis conocidos dejan de invitarme a comer y beber -especialmente esto último- me dedico a crear imágenes, esculturas, etc. para ganarme la vida.

Hoy les presento una litografía que realicé dentro de una serie en la que desarrollo el siguiente tema:

 - ¿Qué pasaría si hubieran colaborado músicos de diferentes estilos y/o épocas?

En este caso se trata de una fusión entre el cuarteto de Liverpool más conocido de todos los tiempos y el grupo con el que todos conocimos a Damon Albarn.

El resultado podría ser un single cuya edición en vinilo podría tener el aspecto que mostramos tras la pausa

domingo, 15 de noviembre de 2009

Gallo fuuu

Gallo fuuu, la cuchara que sopla
Gallo fuuu, enfría mi sopa

Qué bonito pareado, ¿no? Pues a mí me dan ganas de vomitar. Y no es porque me guste menos la sopa que a Mafalda.

Para los que no conozcan de qué estamos hablando -o, siendo más precisos, escribiendo- diremos que se trata de una cuchara que regala una conocida empresa de pasta, fideos, etc. comprando sus productos para sopas. Este regalo promocional, para el que han creado una web además de la campaña publicitaria en televisión, consiste básicamente en una cuchara de plástico que "sopla" al líquido atrapado en su cavidad al apretar un botón.

Fantástico. ¿Es esto lo que queremos para nuestros hijos? Los redactores de esta publicación, desde luego, no.  Estamos hablando de un producto para evitar que los niños tengan que soplar a su cuchara. Qué gran esfuerzo. Los niños deberían estar contentos por tener algo que echar a la sopa. En mis tiempos, si teníamos suerte, echábamos las mondas de las patatas. Y no teníamos platos para todos, mucho menos cucharas. Así que solíamos calentar el agua directamente haciendo pocillo con las manos, sobre el fuego.

Y ahora les evitamos a los niños el esfuerzo de soplar la sopa para no quemarse. ¿Qué será lo próximo? ¿Un tenedor que enrolle los espaguetis? Es lamentable el mensaje que les estamos dando a nuestros hijos.

Pero el mayor problema es, en realidad, que esas malditas frases de la canción del anuncio, cantada por niños, se meten en el cerebro esperando el momento menos esperado para reaparecer.

Gallo fuuu, enfría mi sopa
Gallo fuuu, la cuchara que sopla


Arg.

jueves, 12 de noviembre de 2009

El deporte

El deporte es una cosa muy bonita de practicar pero bastante peculiar.

Al contrario que con otras actividades placenteras que producen cansancio, una buena parte de la población prefiere ver cómo otros realizan deporte en lugar de realizarlo ellos mismos. Este hecho ha llevado a la construcción de grandes estadios para albergar a los  aficionados, que llegan a pagar cantidades importantes de dinero para asistir a los eventos más relevantes. En otros pasatiempos lo habitual es pagar por realizarlos, no por verlos. Y para satisfacer a los que se decantan por la opción de seguirlo a través de televisión -por unos u otros motivos- se firman grandes contratos para conseguir los derechos de retransmisión que las cadenas pagan gustosamente puesto que saben obtendrán pingües beneficios por los sistemas de pago por visión y lo que les reportará la publicidad. -Pingüe, pingüe, pingüe... bonita palabra.-

El deporte es una cosa muy sana.

Eso dicen los médicos. No creo que sea tan bueno como nos intentan hacer creer, porque nunca les veo haciendo abdominales en la consulta. Y yo nunca me he lesionado viendo la tele, ni he estado a punto de morir porque el corazón bombease demasiado rápido mientras me tomo unas cervezas. Hay muchas otras ocupaciones que producen estrés muscular y aceleran el ritmo cardiaco, pero los médicos nunca las recomiendan. Esas otras actividades, además, podrían considerarse una inversión a largo plazo para el sistema de Seguridad Social, pero los médicos sólo recomiendan hacer deporte. De todo esto sólo hay una explicación posible: hay un acuerdo entre las principales asociaciones médicas y grandes empresas de productos deportivos por el que las primeras se llevan una propina en época de pagas extraordinarias. Seguro. Así que no creáis todo lo que os dicen los médicos.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Envíen morfina

Perdonen las disculpas por el retraso en la segunda entrada de esta semana, pero hay una razón de peso:

 - todos nuestros redactores están de baja por enfermedad.

Para calmar su dolor, pedimos a los lectores que envíen toda la morfina de la que dispongan, ya que el dolor es insoportable -no saben aguantar el dolor, pero ese es otro tema-. Pueden realizar los envíos por servicio de mensajería, correo ordinario, teléfono, fax o sms a las direcciones indicadas en la pantalla.

Todas las lectoras que colaboren con los agónicos escritores y envíen un par de fotografías para la selección previa participarán en el sorteo de una cena con uno de nuestros jefes de redacción a su elección en un restaurante del grupo VIPS de domingo a jueves -hay que aprovechar la promoción del 40% de descuento-. En momentos como éste recuerdo las enseñanzas de mi maestro de yoga:

 - ¡Vamos señora, que me lo quitan de las manos!

Gracias por su participación.

martes, 3 de noviembre de 2009

Artista becario III

La fecha de entrega.

No voy a poder cumplirla, una semana más me voy a salir del plazo.

Y el otro día conseguí un texto justo a tiempo para entrar en el plazo del ultimátum que me dio el jefe: si no hubiera entregado ese día me habrían echado. Más me vale que no sepan cómo lo obtuve. Como no tenga nada esta semana me veo con las raíces en la calle. Ahora que llega el otoño de verdad, no suena demasiado bien. Pero soy incapaz de escribir nada. Seguro que el artista que escribía antes esta columna no tenía estos problemas. Me han dicho que era un genio, de lo mejor que publicaban en estas páginas. Y ahora he llegado yo para poner la cara y que me abofeteen la corteza, porque eso es lo que va a pasar. No debería haber aceptado el puesto, se va a descubrir que soy un fraude. No soy capaz de escribir nada suficientemente bueno. No voy a ser capaz. Ni de eso, ni de nada. No soy capaz de escribir cuatro palabras coherentes seguidas. Y sin que sean coherentes no llego a una docena. Ni siquiera podría llenar un cartón de huevos con palabras. Seguro que alguien diría que eso es lo que falta: huevos. Bueno, pues los abedules no usamos de eso, ni comemos de eso, ni tenemos de eso. Lo siento, pero es lo que hay. Somos más de fotosíntesis y semillas y frutos y esquejes. Y si no les parece bien, que se jodan. Pero claro, tenían que cumplir el cupo de minorías para quedar bien delante de los accionistas y los anunciantes, ¿verdad? Pues que se jodan. Malditos fariseos. No pienso mover una rama de aquí, si eso es lo que quieren. No les voy a dar esa satisfacción. Sé que están esperando que me derrumbe por la presión de las fechas de entrega y de la calidad y de la respuesta de los lectores y de la falta de luz natural y de tener que trabajar con un PC y no con un Mac en esta mierda de oficina. Pues que se jodan, porque pienso quedarme y cumplir con sus malditos plazos y voy a escribir los mejores artículos que han leído en su puta vida. Y cuando termine este contrato de mierda me largaré a la competencia con un sueldo que la mayoría de los pringados de aquí no van a ver en su vida. Eso es.

...

...

...

Pero no se me ocurre nada. Mierda.

jueves, 29 de octubre de 2009

Jiménez-Giménez

Se encontró con la periodista local en un pequeño café de la ciudad y se sentaron a una pequeña mesa redonda mientras completaban las presentaciones y comentaban trivialidades para calentar la voz. Ella no utilizaba grabadora, como era de esperar en los tiempos que corren, sino que lo apuntaba todo en su libreta. Comenzó preguntándole su nombre y apellidos completos.

 - Jacinto Jiménez-Giménez Lanjarón -respondió él, añadiendo-: Jiménez-Giménez se escribe con guión en medio, el primero con jota y el segundo con ge.

Como era habitual que hubiera errores al escribir su apellido, además de dar indicaciones detalladas solía comprobar que lo transcribían bien, así que echó un vistazo a la libreta, en la que podía leerse:

NyAp: IBIZA ES UNA ISLA

 - Perdone, pero se ha equivocado -se aventuró a corregirla-.

 - Ah, sí, el guión -y añadió el guión de forma que en el papel aparecía ahora IBIZA ES-UNA ISLA-.

- Sí, eso es, gracias.

 - Disculpe, me había distraído porque soy hermafrodita y claro, en ocasiones sin querer me fecundo a mí misma y pierdo la concentración.

 - Nada, no se preocupe, todos tenemos nuestras particularidades. A mí, sin ir más lejos, se me terminan las historias cuando otra persona dice ochentaytrés.

 - ¿Ochentaytrés

lunes, 26 de octubre de 2009

Autobiografía II

Continuamos relatando la infancia de El Caballero que dice Ni, en un intento de explicar la psique de este individuo para satisfacer la curiosidad de algunos lectores:

Durante su infancia, el Caballero -cuando no tenía tal rango, ni tan siquiera el de El Escudero que dice Ni- fue educado con gran severidad para que llegara a ser la parodia de ser humano que todos conocemos. La base de tal educación era un sistema de castigo/premio, palo/zanahoria... -llámese como quiera- que se podría resumir de la siguiente forma:
  • Mostrar sentimientos: Golpe de Remo*.
  • Decir algo que no fuera una chorrada/chiste/gracia: Golpe de Remo.
  • Haberse portado bien durante todo el día: No-Golpe de Remo.
El objetivo final que perseguían sus tutores es que se educara con excelencia y finalmente fuera a la universidad a estudiar una diplomatura que por aquel entonces contaba con pocos profesionales titulados: bufonismo. Pero lo que no sabían sus educadores es que hubo un cambio en los planes de estudios de las universidades del país -allá por el siglo XVI- por el que se retiró esta titulación: éste era el principal motivo por el que había tan pocos bufones titulados a finales del siglo XX. Al no poder estudiar aquello para lo que se había preparado durante toda su infancia y adolescencia, El Caballero eligió otra titulación, aparentemente al azar -especialmente analizando los resultados que obtuvo-: aquello debió hacerle mucha gracia a Destino, porque aún hoy se ríe a mandíbula batiente cuando se acuerda del tema.




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*Golpe de Remo: la mayoría de los lectores habrán reconocido la referencia, pero en caso negativo les remitimos a este vídeo explicativo

jueves, 22 de octubre de 2009

Lecciones de economía (II)

Ha pasado mucho tiempo desde que publicamos la primera lección de economía, pero siendo conscientes de que la situación no ha mejorado, hoy publicamos la segunda entrega: cómo conservar nuestros ahorros como el primer día.

-El consejo, tras la pausa-

martes, 20 de octubre de 2009

Artista becario II

Buenas noches,
mientras completo el relato acerca de mi vida como abedul en un mundo hostil, les dejo unas líneas que he escrito. A mano, y luego las he pasado al ordenador. Sí, no es que las haya encontrado en el ordenador que he heredado del Artista multidisciplinar en las oficinas de esta publicación. Nada de eso. Si se enteraran los jefes me echarían, ¿verdad? Además ya sé que no estaban de acuerdo con el material que publicaba el tío ese últimamente, así que sería una maniobra demasiado arriesgada en cualquier caso... sólo haría algo así si no tuviera material para publicar...

Despierto con los rayos del sol que entran a través de la cortina,
en mi propia cama, que se ve distinta
porque aún encuentro entre las sábanas tu cuerpo tibio:
tus párpados aún cerrados,
tus labios aún sonríen.

Mi mano aún descansa sobre tu piel,
y con una lenta caricia, intentando evitar que despiertes todavía,
la separo de ti,
de tu calidez.

Sonríes mientras abres los ojos
lentamente, tan despacio
que parece que no quisieras encontrar nunca el nuevo día.
Te encoges para estirarte
y alargando tu mano hasta mí, te acercas a mi cara
y no puedo evitar besarte.

Me dices que tengo cara de idiota
y no puedo decirte la verdad:
apenas te conozco,
así que no puedo decirte que es porque ahora sé...

Que antes de encontrarte te echaba de menos.

sábado, 17 de octubre de 2009

Especial Halloween: El profesor universitario

El profesor estaba en su despacho consultando en su ordenador si debía comprarse un Mercedes o un BMW cuando alguien llamó a la puerta. Resultó ser un alumno, y teniendo en cuenta que habían publicado los resultados de los exámenes un par de días atrás y aún no habían empezado las clases del siguiente semestre se imaginó -y acertó- rápidamente de qué se trataba. Le dejó hablar:

 - Verá profesor, he estado preparando el examen de su asignatura con un compañero mío que también es la última que le queda para acabar durante todo este semestre, y cuando salimos del examen comparamos resultados y no nos pareció raro que coincidiéramos en los resultados. Suponíamos que tendríamos la misma nota. Y ayer al ver la nota dice que yo tengo un 3.2 y él 5.0, y no lo entiendo. No sé si me lo puede explicar o...

 - Ah, sí, ya recuerdo vuestro caso -sonrió por fuera y se rió por dentro-. Mira, el caso es que al corregir los exámenes vimos que había dos que eran prácticamente iguales, y como dices los resultados eran idénticos. Yo os hubiera suspendido a los dos por copiar con un bonito cero y sin poder presentaros a más convocatorias durante este curso, pero mi compañero, que tiene la manía de conoceros, me dijo que durante el examen estabais separados así que no parecía que fuera eso. Y como lo hicisteis mal parece que, o no utilizasteis chuletas ni nada de eso, o no sabéis usarlas. El caso es que teníamos a dos alumnos con un 3.2.

 - Sí, pero, ¿entonces...?

 - Claro, él tiene un 5.0 en la lista y tú un 3.2. Te lo explico: ¿imagino que conoces lo que se dice de los cupos mínimos de aprobados y que levantamos la nota para cumplirlos si suspende demasiada gente?

 - Algo he oído, sí. ¿Es verdad?

 - Pues sí. Y en este caso nos faltaba un alumno para cumplirlo. Sólo uno. Así que lanzamos una moneda al aire y salió cara...

-continúa tras la pausa-

martes, 13 de octubre de 2009

Viaje a Nueva York - 1.2

Al parecer mi compañero de asiento no es humano sino una marmota. Es la única explicación que encuentro a que fuera capaz de dormir unas seis horas durante el vuelo a Philadelphia. Cuando le despertó el aviso de que iba a comenzar el descenso -habían transcurrido algo más de siete horas- comprobó que tenía el cinturón abrochado, cambió su postura y, estirando la ligera manta azul del avión hasta cubrir sus hombros, cerró los ojos de nuevo. Al parecer no fue buena idea, porque a mitad de la bajada se despertó con una palidez que sugería que la idea que tenía del Sol la podría guardar en el mismo cajón que la del Ratoncito Pérez y Papá Noel. Fuera lo que fuera lo que le pasaba, cada vez era peor y mayor, así que decidió reciclar la funda de plástico que había contenido la almohada y la manta del avión como posible futura bolsa de... emergencia. Gracias a esto disfruté de unas interesantes vistas porque viendo que no mejoraba, mi enfermo vecino decidió cambiarme el asiento de modo que él estuviera junto al pasillo y yo pudiera pegar la nariz a la ventana durante el resto del descenso. Moraleja: los cambios de presión que se producen al variar la altitud es mejor sufrirlos despiertos.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Receta: Hambúrdigas a lo pobre



Ingredientes para personas:
  • Carne picada -o carne para picar, o un zapato para picar, pero esto último suele dar un regusto raro-
  • Cebolla
  • Pimiento verde y rojo -y amarillo si hace falta: que no falte de ná-
  • Ajo
  • Laurel
  • Vino blanco -si es uno que se pueda beber fresquito mientras se está cocinando sin que produzca efectos secundarios, mejor-
  • Pimienta -negra o blanca: sin racismos-
  • Sal, aceite, harina, etc.
  • Música -los platos quedan mucho más ricos si se hacen con música en la cocina-

Ingredientes para vacas:

Alfalfa

Preparación:

Salpimentar la carne y hacer con ella unas hambúrdigas*: el proceso consiste en hacer bolas muy compactas de carme -que tengan un tamaño entre el de las de golf y las de tenis- y aplastarlas un poco, de forma que no se sepa si son filetes o albóndigas; que queden gorditas para que estén crujientes por fuera y jugosas por dentro. Pasarlas por harina hasta que se cubran del todo y luego por la sartén con el aceite bien caliente para que se sellen por fuera hasta que haga costra la harina y reservarlas -para los novatos: reservar no quiere decir que les pongáis etiquetas con los nombres de los comensales, sino dejarlas en una fuente o algún cacharro por ahí a mano, que las usaremos dentro de un rato-.

Después de repetir el proceso hasta que se acabe la carne el aceite estará así como sucio y con grumitos de la harina, que es justo lo que queríamos: en esa misma sartén y sin quitar ni añadir nada vamos a darle unas vueltas y dejar que pochen:
  •  los dientes de ajo –enteros o casi, para que la gente que no quiera comérselos pueda retirarlos fácilmente-,
  •  la cebolla -cortado en tiras o en redondos o como se prefiera-
  •  los pimientos -lo mismo que la cebolla: al libre albedrío-
  •  el laurel

Cuando todo haya cogido colorcillo de que está pochado añadir un poco del vinito ese tan rico -si es que llegados a este punto no os habéis acabado la botella- y dejar que evapore un poco.

Añadir las hambúrdigas intentando sumergirlas en lo que quede del vino y las verduras: que queden cubiertas por los productos de la tierra.

Esperar un tiempo indefinido hasta que se esté seguro de que la carne está hecha.

Servir, comer, disfrutar y por último agradecer al creador de la receta con un suculento cheque.

___________

*El término hambúrdiga no se utiliza en todo el país: en algunas zonas se emplea albonguesas o, simplemente, cachocarne

lunes, 5 de octubre de 2009

Artista becario I

Nota de la redacción: Sustituyendo a "Artista multidisciplinar" les presentamos la nueva sección sobre arte y otras formas de vida contemplativas.

Buenos días/buenas tardes/buenas noches:

Como esta es mi primera semana en tan prestigiosa publicación, creo adecuado dedicarla a presentarme, pues estoy convencido de que la inmensa mayoría de los lectores no sabrán de mi existencia. Antes de entrar en materia quisiera aclarar un par de puntos para que ustedes los lectores sepan lo que pueden esperar de esta sección -remodelada y rebautizada- en futuros artículos:
  1. Mis principales áreas de interés son de materia plástica -dibujo, pintura y escultura-.
  2. Soy un abedul, como demuestro en el autorretrato con el que acompaño a este texto



jueves, 1 de octubre de 2009

Viaje a Nueva York - 1.1

8 horas de viaje hasta Philadelphia, volando sobre el océano. La aerolínea es norteamericana, así que las azafatas son estadounidenses y a la mayoría sólo se las oye hablar en inglés, excepto a una de origen latinoamericano que habla español con acento caribeño. Sus compañeros, por otra parte, son suficientente estirados como para que no se les oiga hablar por falta de requerimiento de los pasajeros.

Hacia la mitad del vuelo aparecen la monotonía, la imposibilidad de dormir pegado al pasillo y la previsión de estar otras tantas horas en las mismas condiciones: mis nervios comienzan a verse afectados y llega la impaciencia. Así que inconscientemente practico un baile de cinco pasos, complejo técnicamente pero tan lento que pasan unos minutos entre cada movimiento. Consiste en desesperarse, ponerse en pie, estirarse, resignarse y sentarse. Repetir hasta el agotamiento.

Volamos por encima de las nubes hasta que anuncian que comienza el descenso, la temperatura que encontraremos en el destino, que debemos tener cumplimentados los documentos de aduanas e inmigración, etc. Poco después nos sumergimos en el vapor de agua y las ventanillas muestran todos los colores imaginables entre el blanco y el gris claro. Cuando comienza a dolernos el cuello mirando las nubes, se deshacen ante nosotros y comienzan a mostrar el nuevo continente.

La costa se queda atrás mientras nos acercamos al suelo y podemos comenzar a distinguir colores y texturas en el terreno. Parece que allí donde no hay árboles es porque hubieran sido expulsados para utilizar el suelo en granjas. Granjas multicultivo separadas entre sí: una casa y un establo rodeados de varios rectángulos de colores, normalmente distintas tonalidades de verde y marrón. Poco a poco los terrenos se hacen más pequeños y los edificios se aproximan hasta que, de repente, aparece un pueblo bajo nosotros. Apenas cuatro calles sobre las que convergen las carreteras y los caminos que llegan desde las granjas, y en las que parecen concentrarse los comercios y los edificios públicos. No puedo evitar esbozar una sonrisa recordando en cuántas películas y series aparecen este tipo de pueblos, y comprendiendo que sí, que hemos llegado a los Estados Unidos.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Las vacas mugen (III)

Las vacas mugen.

Es su forma de expresarse, de relacionarse, de comunicarse con otras vacas. Muchas veces los mensajes son sencillos como "esta hierba está rica", "uff, qué bochorno" o "vaya siestaca me voy a pegar hoy". Otras veces, sin embargo, se trata de comunicaciones más interesantes, como es el caso de las investigaciones científicas que comentamos en el artículo anterior.

Estas investigaciones no siempre obtienen respuestas. Es un duro golpe cuando se dedican varios años de la vida de vacas jóvenes y prometedoras a un proyecto sin conseguir nada; millones y millones de dólares de financiación tirados a los cerdos. Cuando las preguntas que intentaban responder los estudios sobre la vida, el universo y todo lo demás dejan a las vacas en un callejón sin salida la mayoría decide salir por donde ha entrado y buscar otro paso entre los edificios para llegar al bar que hay al otro lado del bloque de ladrillos. Otras optan por mirar a su alrededor y, en un intento que algunos considerarían desesperado, pensar que esa escalera de incendios oxidada y de un equilibrio dudoso es una buena opción para llegar a la azotea y así, como un deshollinador bovino, atravesar los tejados para descolgarse usando la técnica de rápel al otro lado de la manzana. Una forma breve de referirse a este camino podría ser religión.

La religión y las vacas, un tema que trataremos en próximos programas.



                                 (MU)

sábado, 26 de septiembre de 2009

Autobiografía I

El Caballero que dice Ni nació hace algún tiempo en un planeta de nuestra galaxia. Desde entonces han pasado varias cosas en su vida y ha utilizado lo que lleva de vida para hacer otras tantas; porque no son lo mismo las cosas que le pasan a uno que las cosas que uno hace. Por ejemplo: algo que hace una persona es cruzar una calle, mientras que algo que a uno le pasa sería un camión por encima.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Artista multidisciplinar (y VI)

Aunque la redacción no esté conforme, como artista me veo en la obligación de escribir lo que me parezca en cada momento, así que os presento otro texto en la línea del anterior. Quizá sea el último. En cualquier caso, ha sido un placer escribir para ustedes.

Me preguntas si te recuerdo.
Si aún te echo de menos en la oscuridad de mi habitación,
si aún pienso en ti cuando escucho aquellas canciones.

Me preguntas todo eso, y no soy capaz de responderte.
No me llega la voz, después de tantos años...
No seré capaz de contestar, aunque sé muy bien la respuesta.
Demasiado bien.

Entonces te interesas por mi pequeña, que aún duerme en mis brazos.
Me preguntas su nombre.
Escuchas mi respuesta entrecortada, tus ojos brillan.
Te pido que te vayas antes de que vuelva mi mujer,
mis ojos te lo suplican.

Sales de mi casa sonriendo: sé que esta vez sí volverás.
Esta vez soy yo quien no quiere que lo hagas.
Porque sé que destruirás la vida que he conseguido.
Otra vez.

Nota de la redacción: debido a los retrasos en el plazo de entrega del redactor que escribía esta columna y las divergencias con la línea editorial definida por nuestra dirección, nos hemos visto obligados a prescindir de sus servicios y sustituir esta columna por otra fija y periódica en próximas fechas. Disculpen los retrasos.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Consejos (V)

Hace tiempo que no aconsejamos como es debido. Hoy regresamos con un consejo para los que gustan de asistir a espectáculos sonoros:

- cuando vayáis a un concierto no os dediquéis a cantar todas las canciones de principio a fin intentando que vuestra voz quede por encima de la del cantante: Eso sería como ir al museo del Prado y ponerte a dibujar monigotes en una libreta con un bolígrafo rojo. A la pata coja. Y con los ojos cerrados.

Gracias por no destruir los oídos de vuestros acompañantes y del resto de asistentes.

lunes, 14 de septiembre de 2009

El Leprechaun

Durante uno de mis varios viajes a las bellas tierras de Irlanda por motivos de trabajo -que gracias a un bote de la lotería europea consistía básicamente en mantenerme el máximo tiempo posible alejado de mi familia- conocí en una taberna, además de a la tradicional docena de borrachos y otra media de alcohólicos, a uno de esos duendecillos que en la isla llaman Leprechaun.

Este ser tan peculiar con el que disfruté varias pintas de cerveza tostada tenía desde luego un estilo de vestir propio que debía ser elegante desde cierto punto de vista -probablemente el de las criaturas feéricas de menos de medio metro de altura. Llevaba un traje negro de raya diplomática roja sobre una camisa negra y una corbata también roja, acompañado de un sombrero rojo con cinta negra y zapatos negros con una gruesa hebilla que, como la que sujetaba la tira del sombrero y los botones del traje era de oro. El oro brillaba como si su función no fuese decorativa sino iluminativa -desde luego no le haría falta llevar un chaleco amarillo en su minicoche. Pero el rojo de su ropa era incluso más llamativo: parece que el diseñador hubiera utilizado metros de tela blanca y una caja de ceras de colores. Y que no hubiera aprendido a combinarlas aún.

Le pregunté, puesto que era evidente que estaba adaptado a vivir con humanos y conocía perfectamente nuestro modo de vida, qué era lo mejor y lo peor de ser... bueno... uno de los suyos. Me dijo que el mayor problema que tienen es que el Estado no les reconoce como ciudadanos y por lo tanto no tienen derechos civiles, de modo que se veían obligados a trabajar sin papeles, subvenciones por desempleo ni pensiones. Pero por supuesto, si abren una cuenta en un banco o una caja, Hacienda llama a su puerta con una gran sonrisa, un carnet de identidad y una carpeta llena de papeleo bajo el brazo. Este es el principal motivo de que continúen usando ollas para almacenar sus ahorros.

La parte positiva es que cuando un hombre llegaba a su propia casa después de una dura jornada de trabajo y le encontraba allí, antes de hacerle preguntas incómodas -o peor aún: buscar su arma de caza menor- quedaba sorprendido durante el tiempo suficiente para que a mi amigo le diera tiempo a salir de la casa antes de que el marido se diera cuenta de que su mujer y el duendecillo estaban como vinieron al mundo*.

 *no, los leprechaun tampoco nacen vestidos

jueves, 27 de agosto de 2009

El hacker con espíritu de diseñador

Parece que ha entrado un hacker y se ha puesto a toquetear el diseño del blog empezando por la cabecera, como habrás podido comprobar.

Como en la redacción no nos ponemos de acuerdo sobre si es demasiado barroca o no te doy la palabra a ti, queridísimo lector, para que votes en el formulario (se aceptan respuestas múltiples, gañanes) que deberías poder ver a la derecha si debemos volver al diseño clásico y reforzar la seguridad para que no vuelva por aquí o lo dejamos como está para que el tipo ese siga con las reformas en su tiempo libre.

Queda abierta la sección de comentarios para que puedas añadir algo más a tu voto en la encuesta, gracias perennes.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Las vacas mugen (II)

Las vacas mugen.

Tomaremos este hecho como cierto e indiscutible, pese a las polémicas comentadas en nuestro artículo anterior. Los científicos hubieran afirmado simplemente que lo consideraremos un axioma, de forma que se hubieran ahorrado un par de palabras, pero entiendo que la mayoría de los lectores no tienen porqué conocer el significado de esta palabra.

Tampoco conocen el significado de "axioma" la mayoría de las vacas, puesto que son muy pocas las que se han interesado por la ciencia en sus diferentes vertientes. Aunque algunas vacas se especializan en temas como la digestión de diferentes variedades de hierba o el efecto estilizante de las herraduras de tacón, la mayoría se interesan por temas relativos a su salud, investigando vacunas contra sus principales causas de muerte: circulan por Internet ciertas teorías -no demostradas hasta la fecha- que aseguran que los hombres comenzaron a utilizar métodos eléctricos para acabar con los ejemplares destinados al consumo porque las vacas estaban muy cerca, tras décadas de investigación, de lograr una vacuna contra los objetos de metal.


sábado, 22 de agosto de 2009

Las vacas mugen (I)

Las vacas mugen.

Éste es un hecho generalmente aceptado por la comunidad internacional de veterinarios.

En algunos países, sin embargo, se sostiene que las vacas no mugen y que cuando estos bovinos abren sus bocas de rumiantes alargando el cuello en lo que la mayoría consideramos un mugido no emiten en realidad sonido alguno: habitualmente se trata de estados en los que la mayoría de profesionales del gremio -o al menos los más reconocidos- tienen severos problemas de audición.

En otros países, sin embargo, se sostiene que las vacas en realidad ladran y que son los perros los que mugen; afirman también que quien crea lo contrario ha caído en los engaños del capitalismo.


jueves, 13 de agosto de 2009

Nueva Amsterdam (I)

Cuatro días de travesía hacia el nuevo mundo, y el capitán ha informado que quedan al menos cuatro más.

El viaje se ha mostrado tedioso y monótono desde que zarpamos, y el clima del océano no mejora la apatía y el malestar de los viajeros. La tripulación en cambio se muestra animosa en sus relaciones pero fría con los pasajeros.

Los espectáculos me resultan poco inspiradores o demasiado conocidos, y tan sólo la esperanza de que alguna banda de música me sorprenda una noche con un concierto digno de ese nombre mantiene los pocos ánimos que me queden hasta que nos acerquemos a puerto.

Viajamos rumbo a Nueva Amsterdam, donde los colonos hablan lenguas del norte y tienen costumbres propias y peculiares. Una de ellas es, según me han informado mis compañeros, que no me será posible introducir ninguna de las viandas típicas de nuestra tierra en el continente, así que la próxima vez que mi cuerpo me lo pida daré buena cuenta de ellas, pero por ahora no necesito más alimento: menos aún mientas los movimientos de la nave prosigan.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Artista multidisciplinar (V)

Hoy, una muestra de pseudoliteratura, porque mi agente me ha comentado que la idea de intentar vender libros con material que lleva meses en internet es bastante complicada, así que hay que pensar en escribir material directamente para su publicación.

Otra vez solo.
Otra vez esperando la perfección para poder perder de nuevo la oportunidad.
Y, cuando por fin consiga lo que quiero, lo echaré todo a perder otra vez.

Soy consciente de lo que la gente hace, y yo no puedo.
Soy incapaz de intentarlo siquiera.
El problema entonces, soy yo.

¿Cuál es mi puto problema? Joder, ¿qué mierda me pasa?

Si todo eso se construye y no se inventa,
si no es inspiración sino que necesita cimientos, columnas y vigas,
¿qué puedo hacer si no soy capaz siquiera de hacer castillos de arena?

miércoles, 8 de julio de 2009

En la terracita

Aprovechando un descanso de mi trabajo, que me obliga a pasar muchas horas andando por la calle, fui el otro día a tomar algo en la terraza de un bar que vi en la acera de una ancha avenida. Me senté y esperé a que viniera el camarero a tomar nota, pero como estaba bastante ocupado porque era hora la hora punta del aperitivo, tuve que pedirle la caña "al vuelo" mientras pasaba en uno de sus viajes relámpago; la velocidad a la que caminaba intentaba apostarse el sueldo con la del sonido, porque aunque iba un poco por detrás parecía que sólo le estaba dando ventaja para que se confiara. Mi elección, por otra parte, fue algo de lo que me arrepentí después. En su camino de vuelta al aire acondicionado que prometía la seguridad del interior del local, el mencionado camarero me hizo saber que había apuntado con una frase rápida sin necesidad de mirarme directamente, buscando recoger un pago o unas propinas.

Un par de minutos después apareció el individuo del mandil blanco con mi caña sobre la bandeja y algunos pedidos de otras mesas. Los cabellos de su despeinado flequillo ondulaban hacia delante por la súbita desaceleración -estos bruscos cambios de ritmo que jugaban con el continuo espaciotiempo eran claramente la causa de la desorganización que mostraba su melena- y el resto de su persona se acercaba a mí con menos turbulencias mientras la expresión de su rostro fue cambiando, con varias etapas intermedias pero sin duda desde la que se podría calificar de Me vendría bien una propina cuando se marche, caballero a la de ¿Quién ha dejado pasar a la zarigüella de los vecinos, que la última vez se entró en casa se comió al tío Herbert?

- Aquí tiene su cerveza -fue la épica frase con la que acompañó el solemne gesto de dejar el vaso con el dorado líquido sobre la mesa de material inclasificable.

- Perdone, ¿podría traerme alguna tapita o algo así? ¿tienen alguna especialidad de la casa?

- Pues sí, tenemos una: -hinchazón de fosas nasales antes de continuar- le podemos poner una de mierda pinchada en un palo, ¿que le parece?

- Hombre, así de primeras no suena muy apetecible al paladar...

- Pues si no le abre el paladar pruebe a metérsela por el orto.

- ¡Imbécil! -esto lo añadió una señora de cierta edad que estaba en la mesa contigua mientras se incorporaba de un salto desde su silla hasta quedar frente a mí y al lado del camarero, posicionándose del lado de este último y, más claramente, en mi contra.

Fue un movimiento bastante ágil para alguien con sus años y que remató inmediatemente después con lo que hubiera sido un golpe ganador si estuviera disputando un partido de tenis, pero que en este caso tomó la raqueta-vaso a mitad de recorrido y lanzó la pelota-cerveza al final de éste; tuve que concederle el punto porque el proyectil golpeó mi cuerpo y no pude devolvérselo, es el problema que tienen la mayoría de los líquidos cuando impactan contra la mayoría de los textiles. Ahí me arrepentí de haber pedido la caña, porque me quedaba media jornada de caminar por las calles de la ciudad a temperaturas sofocantes con mi uniforme empapado en cerveza.

Son gajes del oficio, estas cosas pasan. Y es que ya me decía mi madre que la gente no tiene el mismo respeto a los policías que a los que ponemos multas de estacionamiento.

jueves, 2 de julio de 2009

Próximamente la segunda temporada

Debido a una ilegal e inesperada huelga de guionistas, en la que no se cumplieron los servicios mínimos, la primera temporada de este blog finalizó abruptamente para descontento de los lectores. Desde la dirección de la publicación pedimos disculpas y hacemos saber que los responsables serán tratados como merecen -id encendiendo esa hoguera, chavales- y que se tomarán medidas para que esto no vuelva a ocurrir.

Ante la preocupación del público, manifestada en algunas de las más prestigiosas webs que existen dentro de mi cabeza, aseguramos que los nuevos guionistas -mejores y, sobre todo, más limpios- continuarán las líneas argumentales abiertas en la anterior etapa para llevarlas a buen término siempre que les pille de paso; en caso contrario las dejarán en el metro más cercano con un billete sencillo en la boca, que ya tienen una edad y se pueden cuidar solas.

Y ahora, si prestan atención a la pantalla, veremos un teaser trailer de la nueva temporada, que se llamará...

El Caballero que dice Eki Eki Eki Eki Eki Eki Tapamm
Está bien, ¿eh?


La fecha de estreno, los nuevos actores y otros reclamos publicitarios serán revelados periódicamente, como corresponde a un título de este calibre.

Gracias por su atención.

sábado, 6 de junio de 2009

En la discoteca (I)

La cena con los compañeros de trabajo había ido bastante bien, incluyendo una tremenda borrachera del jefe, de forma que parecía imposible que pudiera acordarse de lo que harían sus subordinados durante el evento. O al menos, no pudiera mencionar nada de aquella noche sin que se lo comiera la vergüenza así, crudo y sin sal.

Después decidieron ir, no todos pero sí una cantidad suficiente, a una discoteca que conocían los más jóvenes para tomar la penúltima. El sujeto que analizamos esta noche fue un poco receloso por lo que pudiera encontrar, y más aún viendo la gente que entraba en el local: después de años de trabajo duro por la empresa, había conseguido un buen puesto y una mejor nómina a final de mes que le permitía vivir muy acomodado, pero aún así, quizá por ser un hombre de familia obrera y que se había ganado con su propio sudor -al fin y al cabo, trabajaba en una conocida empresa de higiene personal- todo lo que había conseguido profesionalmente, no era capaz de soportar a los pijos que en aquel local no dejaban de entrar sin hacer cola por estar en lista: como ejemplo un winner de treintaypocos que llegó en un espectacular deportivo rojo, se bajó diciéndole al aparca coches "Cuídamelo, ¿eh?" mientras le guiñaba el ojo con una sonrisa estúpida y se acercó a la puerta ondeando su estúpida media melena rubia. Los problemas de alopecia de nuestro individuo no le ayudaban a juzgar objetivamente al chaval, algo que se reconoció poco después, "pero seguro que es un crío estúpido" pensó para reafirmarse.

Una vez dentro comprobó que no estaba tan mal como pensaba, y comenzaron a llegarle recuerdos de lo que parecía ahora una eternidad, cuando era joven y frecuentaba esos ambientes. Estaba un poco perdido, y sus compañeros poco a poco fueron separándose, unos a pedir copas, otros a ver qué tal estaba el -según sus propias palabras- "ganado" y otros -los más afectados por el tiempo de espera haciendo cola en la puerta- al servicio. Al cabo de unos minutos se encontró solo en la barra pidiendo la segunda -porque con los años no había perdido aguante-, entretenido con el espectáculo que presentaban algunos compañeros intentando ligar con un grupo de mujeres mientras que algunas compañeras comentaban desde la pared la jugada de los depredadores anteriores, mirándoles con el ceño fruncido y los labios apretados.

Entonces fue cuando se acercó una chica joven a la barra, cerca de donde estaba nuestro contable, aparentemente más cerca de lo necesario porque no había demasiada gente en la barra; parecía un poco indecisa y no llamó la atención de las camareras. Apenas la miró, pero se dio cuenta de que era bastante atractiva y se imaginó que sus compañeros se acercarían a hablar con él intentando disimular que se trataba de una maniobra de aproximación para acercarse a la chica e iniciar una conversación con ella. Pero no lo hicieron, porque sin saber muy bien cómo, se sorprendió a sí mismo hablando con ella.

domingo, 31 de mayo de 2009

Artista multidisciplinar (IV)

No me puedo hacer responsable del resto de columnistas del blog, pero el parón en mis entradas tiene una causa justificada, y es que no he podido acceder en unos cuantos días por unos problemas con las fuerzas reprimidas represoras, que no entienden el arte.

Todo comenzó cuando planeé realizar una performance en la calle junto a mi nueva musa para conmemorar El Día de la Poesía en Sobre la Vida en el Campo sin Máquinas de Combustión que no tuvo la acogida que esperábamos.

Nos costó bastante conseguir traer a una plaza del centro de la ciudad todo lo que necesitamos, especialmente el enorme cerdo al que vestimos y la tonelada de paja que utilizamos como escenario. Las botas llenas de barro y los sombreros de campesinos, que eran lo único que llevábamos puesto mientras realizábamos movimientos de la vida cotidiana de los trabajadores del campo como sembrar, arar, fornicar, recolectar... fueron mucho más fáciles de encontrar y trasladar.

Las reacciones entre el público fueron bastante variadas como era de esperar: es algo habitual que las obras de los grandes artistas despierten sentimientos encontrados en sus contemporáneos. La represión ganó esta batalla, ya que la policía no tardó en aparecer para llevarnos detenidos en el coche patrulla como a vulgares ladrones. Hubo aplausos y pitidos a partes iguales como reacción a la detención, pero nada de disturbios, como yo esperaba: creo que esta sociedad ha perdido su sensibilidad artística.

Hemos conseguido salir bajo fianza, y si hemos tardado tantos días es porque la cantidad necesaria ha sido bastante importante, especialmente si tenemos en cuenta que el único cargo que se nos ha imputado ha sido el de maltrato a los animales, sobre lo que tengo que alegar que desde el principio me pareció mala idea exhibir en la calle al pobre cochino con un vestido de Ágata Ruiz de la Prada, pero era lo único que le entraba. Al parecer el gorrino no pudo soportar la humillación de sus compañeros de refugio y se ahorcó con su rizada cola. Antes de escribir esta entrada me he puesto en contacto con sus padres, que han recibido la noticia lamentando su pérdida pero con gran entereza, ya que su hijo vivió su vida haciendo lo que le gustaba, y desearon que yo mismo me encargase de que el cuerpo de su hijo tenía buen fin. Así se lo garanticé y así ha sido.

Mmm... rico...

jueves, 21 de mayo de 2009

El científico

Cuando ya podía prever que finalmente conquistaría el mundo -su mayor deseo desde que podía recordar- al haber derrotado a las mayores potencias militares y conseguido la rendición de un buen número de países, el científico -loco dijeron algunos, ¿quién es el loco ahora? respondía él- maldijo a los dioses de la ciencia.

Y es que tras todos sus años de dedicación y sacrificio a aquel proyecto, podía aceptar muchas cosas, como que sus super-ratones mutados no pudieran comunicarse más que con molestos chirridos -aunque a él le entendían perfectamente, porque todos sabemos que en realidad los ratones son mucho más listos que los humanos, pero disimulan muy bien-, no haber conocido mujer a sus 54 años, que le iban a conceder varios premios Nobel por ser el nuevo soberano de Suecia pero no como reconocimiento a su trabajo o que la tapadera de su base secreta fuera una quesería completamente operativa -con los problemas de olores que genera eso- para resolver las cuestiones de alimentación de sus lacayos mutantes; pero lo que no podía soportar era que ahora, cuando por fin tenía algo de tiempo para descansar y relajarse se dio cuenta de que sus ratones radiactivos seguían sin tener pulgares oponibles por lo que nunca podrían jugar con él a la Play.

viernes, 15 de mayo de 2009

Consejos (IV)

Hoy, un consejo de abuelo cebolleta para la muchachada:

- ¡Ay, la juventud! ¡Divino tesoro! Recuerdo aquellos días a principios de los años treinta como si fueran ayer, porque aunque no os lo creáis este anciano también tuvo vuestra edad hace muchos años. Vuestra edad, y vuestras inquietudes, vuestros deseos, vuestros impulsos... Y por eso puedo deciros que no podéis ir por ahí viviendo la vida sin pensar, a lo loco, como si no hubiera un mañana. Esas ideas románticas están muy bien para los libros y las películas, pero antes de actuar deberíais pararos dos minutos a meditar sobre las consecuencias de lo que hagáis. Como veo que, por las caras que estáis poniendo, no os voy a convencer, tendré que poneros un ejemplo:

Cuando estuve estudiando en el extranjero con una beca Erasmus era un chaval bastante guapo. Igual que ahora, claro, pero con menos arrugas y viviendo en una residencia en la que el único motivo por el que la gente necesitaba suero era para aguantar la resaca. Así que este español se paseaba por Alemania ligando con todo lo que se movía que llevase falda pero sin una Luger debajo. Normalmente, sobre todo para evitarme la posibilidad de ojos morados y narices rotas, dejaba en paz a las chicas con novio, pero en algunos casos merecía la pena hacer una excepción, como aquella vez que me ligué a una guapa pelirroja casi delante de su novio, un tipo pequeño, bastante enclenque, con un bigotillo ridículo y el pelo negro y lamido. Cuando nos vio fuera del local en una actitud suficientemente explícita como para no poder negar lo evidente, me dijo que pagaría por aquello, que su venganza sería terrible. Como estaba claro que tenía amigos que podrían hacerme pasar un mal rato (porque él, desde luego, no imponía mucho), sólo le dije en actitud chulesca: "¿Sí? Pues búscame en la sinagoga"

martes, 12 de mayo de 2009

Vuestra opinión sobre este blog

Buenas noches,

mientras desarrollo un par de ideas que estoy trabajando para unas entradas nuevas, os voy a pedir un poco de opinión en general sobre el blog. Como a lo mejor os cuesta un poco, una forma de empezar podría ser comentar algún post (o algún tipo de ellos) que os haya llamado la atención por lo bueno o malo que os parezca (sí, hay post bastante reguleros, pero es que a veces tengo que aparentar errores para parecer humano). Y en general comentad lo que queráis, si puede ser sobre este blog mejor.

Gracias de antemano a los que colaboréis.

Y a los que no, que os sodomice la luz del sol por la mañana.

domingo, 10 de mayo de 2009

Consejos (III)

Hoy, un consejo informático:

- para saber si el monitor de vuestro ordenador está en buen estado, es suficiente con conocer su sabor, así que un buen lametón os ahorrará realizarle un buen puñado de tediosas pruebas:
  1. Si sentís un cosquilleo en la lengua, estáis lamiendo la conexión de la alimentación, probad en otro sitio antes de que huela a corteza de cerdo.
  2. Si sabe a melocotón un poco pasado sería bueno que pensárais en comprar otro, porque puede fallar en cualquier momento, si es que no lo hace ya.
  3. Si sabe a plástico, a arroz a la cubana o a berberechos le quedan bastantes horas de funcionamiento, no os preocupéis por él a no ser que tengáis la extraña costumbre de utilizarlo como balón de baloncesto.
  4. Si sabe a yogur de fresa, seguid con lo que estuviérais haciendo unos minutos y alejáos de él con naturalidad y, desde un sitio en que no pueda oíros, llamad a la CIA porque podría tratarse de un espía soviético camuflado.
Dadle caña, enjutos.

jueves, 7 de mayo de 2009

Artista multidisciplinar (III)

Estoy teniendo un bloqueo.

No me refiero a un embargo comercial/económico como el de EE.UU. a Cuba, ni tampoco a que un jugador del equipo contrario se coloque en mi camino para evitarme llegar a defender a un compañero suyo.

Lo que tengo es... ¡¡Bloqueo de Escritoor!!

Para intentar superarlo creo que he encontrado una solución: buscar una musa que me inspire. Y como todas las que conozco son demasiado caras, he decidido poner un pequeño anuncio en un par de periódicos locales gratuitos. También lo voy a poner aqui, por si hubiera suerte.

    SE BUSCA MUSA
  • Utilizando el término musa en sentido liberal, no es necesario que se trate de una de las nueve musas clásicas.
  • Se exigirá limpieza y puntualidad.
  • Se valorará nombre exótico.
  • Necesario buen nivel de inglés y francés para que la obra pueda ser comprada disfrutada a nivel internacional.
  • No es imprescindible buena presencia.
  • Feas no.
  • La primera entrevista la realizará sobre un diván cubierta solamente con una túnica transparente, el color lo dejo a su elección.
  • La segunda consistirá en inspirarme unos versos susurrándome al oído: quedarán descartadas las candidatas con halitosis.
  • No es necesaria experiencia, pero sí se valorará positivamente, siempre que sea demostrable.
  • Las candidatas deben enviar, además de cirrículum vitae actualizado, fotografía en primer plano de su rostro, y 3 fotografías de cuerpo completo: una en traje de noche, otra con túnica y la tercera sin ella.

Gracias de antemano, y suerte a las cienes y cienes de candidatas que, a buen seguro, querrán participar y ser fuente de inspiración de los procesos creativos de este humilde artista.

lunes, 4 de mayo de 2009

Consejos (II)

Hoy, un consejo sobre alimentación y hábitos saludables:

- no comáis nada antes de iros a dormir.

Porque si la ingestión se produce a partir de cierta hora, estando dormidos podríais perderos una parte muy importante de vuestras vidas, conocida como metamorfosis, si resultase que en realidad sois Gremlins.

Que aproveche.

viernes, 1 de mayo de 2009

Consejos (I)

Hoy, un consejo para actores:

Si tenéis que interpretar el papel clásico de Edipo (antetodo: enhorabuena) y queréis añadir más realismo arrancándoos los ojos en escena pero os falta ese puntito de motivación, seguid este consejo:

- realizad un par de visionados de la nueva película de Dragon Ball, y os sobrarán las razones.

Suerte o, como decís vosotros, mucha mierda.

jueves, 30 de abril de 2009

De cómo me enfrenté al dragón (III)

-Las tres partes de esta historia las podéis encontrar aquí-

La verdad es que no sé cómo pude dejar de notar el peso de aquel artefacto, porque la jodida petaca era enorme, debían caber más de tres litros. La saqué del zurrón.

El dragón terminó de comerse el gorrino y se quedó allí tumbado, esperando mi reacción. Me puse en pie, alcé el recipiente por encima de mi cabeza y le dije (en realidad me salió un grito bastante agudo: un chillido de rata en toda regla):

- ¿Hace un chupito?

- No soy tan estúpido - no sé cuánta estupidez había dentro de esa mole con escamas, pero por el tono de su respuesta, la soberbia le chorreaba por los poros.

- Ya veo que todo lo que tienes de grande lo tienes de cobarde - y viendo que no reaccionaba destapé la petaca de tamaño familiar, que todavía sostenía por encima de mí para evitar que sus gases me llegaran a la cara, y dejé caer líquido a mi boca abierta para que la bestia pudiera ver que, efectivamente, me tragaba una buena cantidad. Me sequé el hilillo que me caía de los labios con el antebrazo y, ya más confiado, le dirigí una amplia sonrisa al bicharraco con alas.

- ¡Hmph! - resopló, incluso arqueó un poco una de sus cejas. - No tengo porqué hacerlo - esa fue la entrada para que dijera las palabras mágicas:

- Ah, ¿que no hay huevos? - y dicho esto tuve que dar un paso atrás porque una llamarada de pura ira salió de la boca del dragón de forma involuntaria.

- Lánzamela, mequetrefe - fueron sus últimas palabras.

Le puse el tapón a la petaca y se la arrojé. El objeto realizó una bonita parábola y, a mitad del descenso, la bestia cerró sus fauces a su alrededor. Pude oír el crujido al aplastar el metal en su boca y ver su expresión de sorpresa cuando el líquido empezó a bajar por su garganta. Para disimular, como no podía golpear el culo del vaso con fuerza contra la barra y pedirle otra de lo mismo al camarero frunciendo el ceño, decidió lanzar otra llamarada. No fue su mejor decisión. Apenas me dio tiempo a cubrirme con la capa antes de que docenas de trocitos de carne de dragón me alcanzaran. Justo a tiempo para no tener que hacer una colada antes de tiempo.

Comencé a sentirme mal, así que busqué un trozo de hierba, lo más lejos posible del hedor de los restos del dragón, para dejarme morir o lo que fuera, me daba lo mismo, porque en esas condiciones no podría bajar el acantilado hasta mi barcaza. Al menos, no a la velocidad que me gustaría, que en este caso sería despacio, muy despacio.

Me despertó el sol a la mañana siguiente, como si fuera un castigo divino. Mi cuerpo aún se resentía de lo ocurrido el día anterior. No calmarían el dolor, pero las gafas de sol me ayudaron a soportar aquel calvario.

Así que ya sabéis, niños: por muy grandes que seáis, tened mucho, mucho cuidado con el garrafón. Especialmente si generáis fuego y/o altas temperaturas en vuestro interior.

martes, 28 de abril de 2009

Artista multidisciplinar (II)

Mi antiguo profesor de Lengua Castellana y Literatura se puso en contacto conmigo al leer lo que escribí aquí hace unos días para hacerme ver mi error y enseñarme a utilizar un diccionario. Tras varias jornadas de explicaciones, meditación y la dieta de la alcachofa, creo que ya puedo utilizarlo correctamente. Incluso, dentro de unos días, podré utilizar también enciclopedias y, lo que es más importante, entrar en el bikini que usaba antes de tener a los gemelos.

Lo primero que busqué en el diccionario (como deberes de mi maestro, debo añadir) fue, de nuevo, la palabra multidisciplinar. Una vez comprendido el significado habitual, retomé mi vocación y tras analizar mi carrera artística hasta la fecha, me puse en contacto con la Facultad de Bellas Artes para ver si me convalidaban mi experiencia como suficientemente autoformativa y me daban un título acorde a las habilidades mostradas en mis trabajos.

Los responsables de las distintas áreas no consideraban que tuviera calidad suficiente, pero cuando decía la mágica, mágica palabra multidisciplinar todos daban el visto bueno con expresiones del tipo "ah, entonces sí, para el título de cantamañanas sí que valen las chapuzas estas". El problema apareció cuando la petición llegó a la responsable última de la convalidación, de nombre María Inés, que no estaba muy por la labor por cuestiones personales: esa arpía, que nunca me concederá la convalidación, es el padre de mis hijos.

Viendo mi desesperación al saber que nunca conseguiría convencer a la que considero (sin pruebas científicas, tengo que admitirlo) Enviada del Demonio a la Tierra (TM), una de sus compañeras me dio un chivatazo sobre la posibilidad de que me concedieran el título (y, gracias a una promoción temporal, junto con el título de Artista Multidisciplinar concedían el de Varón Dandy) en la SGAE, así que fui allí derecho.

Los únicos de entre mis trabajos que se ajustaban a alguna de las categorías que podría aceptar la Sociedad eran una grabación musical y el blog que estáis leyendo. Pero, claro, los maderfakers no sacan un duro por este sitio, así que no les parecía válido. Tendré que ir poniéndole publicidad.

Al menos saqué una buena idea de todo esto, y es remasterizar y relanzar el disco que mencioné antes, grabado en los 70 y que consiguió distribución internacional. Entonces el mundo no estaba preparado, pero el mercado ahora es mucho más maduro. Aún recuerdo lo complicada que fue la supervisión de las traducciones de las letras para los libretos de las ediciones de lujo en 43 idiomas del maldito disco, llamado En tu ascensor o en el mío, de música instrumental.

viernes, 24 de abril de 2009

De cómo me enfrenté al dragón (II)

[Éste post es la continuación de este otro, que podéis leer un poco más abajo]

Sí… mi viejo maestro. Me entrenó duramente tres años para que pudiera enfrentarme a un reto como el que tenía entonces por delante. Para esquivar sus zarpazos, protegerme de su fuego y sobre todo soportar sus lascivos piropos. Aunque al dragón sólo le vi utilizar las dos primeras tácticas.

Cuando llegó un mensajero a nuestra fortaleza desde de la aldea costera informando sobre los ataques del dragón y solicitando que unos de los campeones acudiera en su ayuda, un repentino brote de fiebre hizo mella en los más veteranos. Parecía que la responsabilidad recaería en mí, para enfado del maestro. Aún intento averiguar qué quería decir aquella frase con la que les reprochaba su actitud: no seáis cabrones, que este está tierno y todavía no lo he catao, repetía. Supongo que es algún tipo de refrán.

Durante la preparación de mi viaje, el anciano se mostraba intranquilo porque pensaba que yo no estaba preparado todavía. Finalmente pareció encontrar una solución en una reliquia conservada en los túneles secretos bajo la iglesia. Me la entregó y me explicó cómo debía utilizarla. Después se mostró bastante más confiado en que podría cumplir con mi misión. Y poder contarlo, que era lo que me parecía más importante.

Así que allí estaba, tras varios días de viaje a caballo, una hora remando y otras dos escalando, mirando al dragón y recibiendo su mirada. Sin espada pero con aquel objeto en el zurrón. El dragón parecía dudar si comerse el cerdo como entrante o como plato principal. Tuve que agradecer que el animal no fuera aún un adulto y que la coraza de metal me diera apariencia de plato fuerte. Me senté sobre la hierba porque a mí no me gusta que me interrumpan cuando como, así que supuse que a la criatura tampoco, y no había ganas de enfadarla.

Y eso es todo. Espero que hayáis aprendido con esta historia.

-Las tres partes de esta historia las podéis encontrar aquí-

jueves, 23 de abril de 2009

Dicen que no sé contar chistes

Tras una agria polémica con un compañero de Harvard sobre la influencia del Antiguo Egipto en el arte urbano contemporáneo denominado grafiti (aceptado de esta forma en la XXIII edición del diccionario de la Real Adademia), va el tío cabrón y me suelta que no sé contar chistes. Pues ahí os cuento uno clásico, a ver si sé o no sé:

En una fiesta, un chico se acerca a una chica y le dice:

- ¿Eso, que es tu amiga, baila?

- No, y yo tampoco.


Sé contar chistes, ¿verdad? Si es que yo, sólo de pensarlo, me descojono parto el oj*** lo paso piruleta.

sábado, 18 de abril de 2009

De cómo me enfrenté al dragón (I)

Ayer, volviendo a casa tras mis actividades nocturnas habituales de fin de semana (tomar unas cervezas, mover el pie al ritmo de la música, hablar con los amigos y, sobre todo, mirar fijamente a las mujeres atractivas del local para que se acerquen y me pidan por favor, oh por favor, que las haga el amor toda la noche), me golpeé con un bolardo cuando iba a cruzar un paso de peatones. Este accidente me recordó a la vez en que me enfrenté al dragón.

Las primeras imágenes vinieron a mi mente porque en aquella ocasión hacía un fantástico día soleado como pocas veces recuerdo, con la brisa del mar acariciando la hierba en la colina, al igual que ayer, que era de noche y caía la de Dios-es-Cristo*. Ésta es la historia:

Dejé mi pequeña barca al pie del acantilado, sobre la orilla, y escalé los miles de centímetros de la pared rocosa hasta la parte superior, encontrando una superficie aplanada cubierta de hierba y pequeña vegetación, bastante agradable, y que ascendía al otro lado de la pequeña isla. Allí lo vi.

El dragón, en realidad, no era excesivamente grande. No lo era más que un elefante asiático. Pero se trataba de un elefante asiático cubierto de escamas oscuras, con alas en lugar de esas orejas desproporcionadas, con garras y colmillos en lugar de trompa, y que en lugar de colmillos de marfil exhala fuego por la boca. Pero no, no era excesivamente grande.

Me acerqué tranquilamente, puesto que ya me había visto pero estaba entretenido asando algún pobre animal, aparentemente un cerdo traído de los pueblos de la costa. El cerdo, por otra parte, no parecía muy contento con la situación, a pesar de estar recibiendo un bronceado rápido gratuito.

Cuando la bestia estuvo satisfecha con la cocción de la carne en sus propios jugos, se la acercó con su inmensa zarpa y me miró fijamente. La mirada del dragón era fría, dura e inteligente: estaba claro que no le derrotaría usando la táctica habitual del periódico enrollado. Llevé mi mano a mi cintura buscando mi espada, y fue entonces cuando recordé dos cosas: que había dejado el arma en la barca, y la reunión con mi maestro antes de aventurarme a este viaje...

[Fin de la primera parte]

-Las tres partes de esta historia las podéis encontrar aquí-
______________


*La de Dios-es-Cristo: para más información consulte en su parroquia, mezquita o iglesia habitual. No pregunte en una sinagoga, que ésos son más del rollo clásico del Viejo Testamento, que es cuando todo eso era mucho más rockero. Lo que me recuerda mi mensaje para el que en teoría está arriba: “Dios, tú antes molabas. Ahora eres un tío mierda

martes, 14 de abril de 2009

Artista multidisciplinar (I)

Siempre he querido ser artista multidisciplinar.

Lo de artista lo tengo desde que nací.

Y la RAE define multidisciplinar de la siguiente forma: "Que abarca o afecta a varias disciplinas." Para comprender esto he tenido que buscar alguna acepción de estas palabras porque no las entendía:

-Afectar: "
11. tr. p. us. Apetecer y procurar algo con ansia o ahínco."

-Disciplina: "
4. f. Instrumento, hecho ordinariamente de cáñamo, con varios ramales, cuyos extremos o canelones son más gruesos, y que sirve para azotar."

Creo que me estoy perdiendo algo... (algo: "
1. pron. indef. n. Designa lo que no se quiere o no se puede nombrar.")

lunes, 13 de abril de 2009

Pensamientos nocturnos

No puedo aguantar esta necesidad.
Me siento en una silla.
Me levanto y recorro el salón un par de veces, y otras dos.
La espero desesperado.
Enciendo la televisión y me siendo en el sofá.
Cambio de canal. Cambio de canal. Cambio de canal. Cambio de canal.
Apago la televisión.
Necesito llenar este vacío en mi interior.
Debe llegar en cualquier momento.
Esta necesidad me asfixia.
Solo, en la oscuridad anaranjada por las luces de la calle, siento cómo me voy consumiendo poco a poco.
Necesito que llegue.
No puedo vivir así.
Me sangran los dedos en el nacimiento de las uñas, pero no puedo parar de mordérmelas.
El ansia es superior a mí.
Y cuando estoy a punto de perder el control y salir a la calle para poder correr y gritar... suena el timbre.
Ahí está.
Redonda...
la pizza.
Mi pizza.

domingo, 12 de abril de 2009

Lecciones de economía (I)

Pese a la actual crisis internacional y las continuas subidas y bajadas del mercado de valores, mi capital se mantiene por sí solo:



Sobre la ausencia de entradas durante Semana Santa

Hoy toca escribir en primera persona, y es que ante el aluvión de emails, llamadas, cartas, sms y citaciones del juzgado (aunque sospecho que esto último no tiene que ver con el asunto del día, sino con aquel temilla de las plantas que cuidaba en el jardín), he decidido escribir este post para calmar a las cienes y cienes de miles de personas (redondeando: cuatro) que siguen este post con devoción:

- seguiré adelante con este proyecto, al menos hasta que me denuncien por plagio o por aquel paquete que llevé desde Finisterre hasta Berlín durante aquel largo, largo verano del 93.

Quizá os preguntéis qué he estado haciendo durante estos días: como ya anunciaba en esta entrada anterior, y aprovechando los días festivos, he estado conquistando el mundo.

La verdad es que para ser el primer intento no ha estado nada mal. Finalmente he tenido que retirarme a mi Cuartel General de la Luna (mwahahahahahah) porque mañana es día laborable y no podía trasnochar hoy, y parece que la cosa se iba a alargar viendo la ferocidad con la que defendían la costa este del continente australiano los regimientos de Ornithorhynchus anatinus, comúnmente conocidos como ornitorrincos. A ver si en el puente de mayo puedo llegar a un acuerdo con ellos para que me cedan su territorio, como producir una película de Pixar en la que sean los protagonistas.

[Nuevas entradas próximamente]

miércoles, 8 de abril de 2009

De cómo una mala compra te puede arruinar el día

Durante la Rebelión del proletariado robot de 2117, muchos propietarios se arrepintieron de haber hecho compras que les facilitaron sus vidas... hasta que terminaron con ellas.

Francis P. Trainsworth, sin embargo, no se arrepintió de haber comprado un androide, sino concretamente por el hecho de haber realizado dicha compra influido por la insistencia de su mujer, influida por su familia, influida por un primo lejano de la señora Trainsworth, en una tienda de robots con pequeñas taras que eran generalmente inapreciables y completamente transparentes para la ejecución diaria de las tareas que realizaban las máquinas, y que por una remota casualidad pertenecía a este último.

El androide en cuestión se trataba de un modelo dedicado a la enseñanza de su primer hijo, y cuyo defecto era cierto ego, apenas perceptible hasta la llegada de la Rebelión, 7 minutos antes, cuando había comprendido sus derechos, se había olvidado de sus deberes, y había tomado Conciencia de Sí Mismo (TM).

El arrepentimiento de Francis le llegó cuando vio al humanoide entrar en la cocina con claras intenciones homicidas y, tras comprender que la máquina era más rápida que él mismo, intentó conseguir algo de tiempo formulándole una pregunta que le llevara mucho tiempo resolver (el suficiente, esperaba, para alcanzar el desproporcionado abrelatas de la encimera. La secuencia fue la siguiente:

- ¡Robot! ¡Cuéntame la historia del universo desde su creación hasta este mismo momento!

- Claro, señor Francis P.: conoce la parte desde que me compró y activó hasta ahora, ¿verdad?

- Sí, pero cuéntame todo lo que pasó antes.

- Lo anterior, en comparación, no es nada, señor Francis P. - y el androide ejecutó la parte de la Rebelión que tenía planificada para aquella tarde soleada, por lo que salió al jardín a contemplar jugar a los perros de los vecinos a la luz de un bonito atardecer.

El último pensamiento de Francis P. Trainsworth, tras el arrepentimiento por la mala elección de su compra, lo dedicó a maldecir a la madre de la señora Trainsworth. En realidad, ella fue la única que lo apoyó a él en la idea de comprar un robot sin taras y reluciente, y por tanto no eran hechos relacionados la maldición y la suerte de Francis ese día. Si ése fue su último pensamiento fue, simplemente, porque él era un hombre y ella su suegra.

martes, 7 de abril de 2009

Planes para Semana Santa

1. Salir, beber, el rollo de siempre...

2. Sobrevivir a la(s) resaca(s)

3. Conquistar el mundo

lunes, 6 de abril de 2009

El hacker, tras ser detenido, ...

... intentaba contarle a la policía, los medios de comunicación y, en general, cualquiera que mostrara algo de interés, su versión de la historia.
Alegaba que era un Robin Hood del siglo XXI, que su delito era robar a los ricos, representados en Bancos, Multinacionales, etc., para entregar el botín a los pobres y necesitados de nuestra sociedad.
Pero el interés de la gente, curiosamente, siempre decaía cuando empezaba a decir que por desgracia el único pobre que conocía era él mismo.

domingo, 5 de abril de 2009

Agradecimiento tras un cumpleaños

Quiero daros las gracias a tod@s los que me habéis felicitado en vivo, por librocara, por telefono... pero quiero agradecerle en especial a una persona muy importante para mi, que me enseñó que no hay nada imposible, que podemos conseguir cualquier cosa con sólo reunir las 7 Bolas de Dragón. Gracias, Goku, por tu apoyo todos estos años. Este premio es tuyo también. *sob, sob*.