lunes, 13 de abril de 2009

Pensamientos nocturnos

No puedo aguantar esta necesidad.
Me siento en una silla.
Me levanto y recorro el salón un par de veces, y otras dos.
La espero desesperado.
Enciendo la televisión y me siendo en el sofá.
Cambio de canal. Cambio de canal. Cambio de canal. Cambio de canal.
Apago la televisión.
Necesito llenar este vacío en mi interior.
Debe llegar en cualquier momento.
Esta necesidad me asfixia.
Solo, en la oscuridad anaranjada por las luces de la calle, siento cómo me voy consumiendo poco a poco.
Necesito que llegue.
No puedo vivir así.
Me sangran los dedos en el nacimiento de las uñas, pero no puedo parar de mordérmelas.
El ansia es superior a mí.
Y cuando estoy a punto de perder el control y salir a la calle para poder correr y gritar... suena el timbre.
Ahí está.
Redonda...
la pizza.
Mi pizza.

1 comentario:

Hombre Pene dijo...

me pasó lo mismo con una prostituta a la que contraté sus servicios, sonó el timbre y ahí estaba: redonda la muy...y con picha!
(me puse gocho esa noche)