lunes, 15 de febrero de 2010

Artista multidisciplinar VIII

La pasada semana nos comunicó el redactor jefe que, ya que el 14 de febrero iba a ser domingo -día en que no publicamos nuevos artículos-, evitásemos el tema de San Valentín y cualquier otro que hiciera referencia a sentimientos. Nos sugirió que hablásemos sobre el Año Nuevo del calendario chino, el enésimo temporal de frío que estamos sufriendo este invierno en España o la liga de fútbol. Pero nada de sentimientos. Mientras predicaba su discurso lanzaba sus miradas inquisidoras -bajo esas tupidas cejas negras- a los asistentes, especialmente al que escribe estas líneas, y detenía su repaso a los parroquianos en el abajo firmante al remarcar lo que no quería que hiciésemos. Supongo que de algún modo sabía que no iba a seguir sus órdenes, porque -incluso a pesar de la posibilidad de que todo fuera un montaje de psicología inversa- las he desobedecido. No por placer -corrijo: no sólo por placer-, sino porque se lo debo a mis seguidoras, que me apoyaron tanto en los meses en que no trabajé para esta publicación. Mi afecto a todas vosotras.

Compartimos un momento,
gustos comunes que no parecían entender nadie más allí,
nos encontramos solos en la multitud
y, dentro de nuestro espacio,
me dijiste que debía escuchar algo.

Busqué aquello que nos unió por un instante
-de lo que yo, me di cuenta después, apenas conocía nada-
y descubrí algo distinto de lo que esperaba:
no encontré pop sino folk,
no traía luz sino melancolía,
no cantaba al amor sino a la soledad:
me ayudó a entender que no te volvería a ver,
me impedía dejar de pensar en tí.

Nos conocimos hace años,
parece una eternidad durante el día,
juraría que fue ayer cuando escucho estos discos
-tus discos-,
en que canta un chico triste de mirada perdida.

Hoy me lamento, de nuevo
me lamento porque no pudo ser, porque no nació nada;
ya no intento pensar que hubiera sido perfecto,
hoy sé que lo habría destruido:
me duele no haber podido evitar así
que sigas siendo tú el recuerdo que me visita esta noche.

3 comentarios:

Hombre Pene dijo...

Un abrazo grande, crack.

Gracias por seguir escribiendo!

El homonimo dijo...

Ahora tambien poesia, creo que voy a expropiarte el cerebro.

Eso si, te pagare el doble de cerdos de gominola de los que vale.

Mujer Pene dijo...

me ha encantado!