domingo, 3 de enero de 2010

Las vacas mugen (IV)

Las vacas mugen.

Y rezan. El de hoy es, sin duda, un tema apasionante y que podría generar incontables horas de debate, aunque intentaremos resumirlo en este artículo. Se trata de las vacas y la religión. Los lectores, si lo desean, pueden añadir los comentarios que crean oportunos o solicitar que profundicemos más en próximas entregas.

Como ya comentamos anteriormente, la religión apareció entre las vacas al descubrir las carencias de la ciencia para explicar todos los fenómenos del universo: no pudiendo encontrar una respuesta razonada a sus preguntas, abrazaron la opción más lógica: que un ser supremo fuera el responsable de los absurdos del mundo.

Las vacas comenzaron idolatrando a un ser pseudo-bovino que habría creado el mundo y todo lo demás, que atendía a razones sólo conocidas por él y que prometía una existencia más allá de ésta que recompensara o castigara las acciones cometidas en vida. Un tiempo después, algunas vacas jóvenes y con razonamientos nuevos combatieron estas creencias, utilizando algunas ideas que atacaban los pilares de la religión de sus mayores; entre ellas estaba la de que si el ser supremo era una vaca como ellas, estaría sin duda a merced de la voluntad de otra divinidad, en este caso una antropomorfa, que seguramente la habría sacrificado hace eones para hacerse unos filetes.

Fue así como decidieron adorar a los elementos y fuerzas naturales, como siguen haciendo hasta el día de hoy. La cantidad de elementos a los que adoran las vacas actualmente ocuparía páginas y páginas, puesto que en cada región se han desarrollado de forma paralela cultos similares pero con diferencias sutiles. Para simplificar la tarea nombraremos únicamente los más importantes: Sol, Luna, Tierra blanda, Tierra dura, Agua que cae del cielo, Agua que va por la tierra, Cositas blancas frías que caen despacio, Un poco de viento -pero no mucho-, Establo, Bebedero, Algo que se coma las moscas, Heno, Forraje. Pero la más importante es, en cualquier región del planeta con su múltiples variantes y sutilezas, Hierba. Sin duda. Hierba verde, fresca y que esté en el suelo esperando a ser rumiada. Qué rica la hierba...



-Imagen en b/n de un sacerdote de la religión monoteísta,
que realizaba ceremonias en un dialecto antiguo-

2 comentarios:

la almáciga dijo...

Supongo que será una sacerdotisa, a no ser que los sacerdotes empleasen en la antigüedad ubres falsas para simbolizar la Leche, dadora de vida, etc.etc.
En caso de ser sacerdotisa, debe tener las ubres operadas, porque parece que escapan a la ley de la gravedad!

El Caballero que dice Ni dijo...

Es una vaca sacerdote